En los tiempos
prehispánicos, lo que hoy llamamos Barrios Altos, fue lugar de cruce de caminos
hacia los Andes y punto de distribución de agua a través del río Huatica; por
ello, era lugar de importantes adoratorios indígenas. Esto explica la
existencia, ya en tiempos virreinales, de buen número de iglesias y monasterios
en esta zona de la Ciudad de los Reyes, como los monasterios de las Descalzas,
Santa Clara, del Prado; los conventos de Santa Clara, Mercedarias, del Prado;
las iglesias del Carmen, Santa Ana, Buena Muerte, Trinitarias, Cocharcas, etc.,
que terminaron siendo parte indesligable de la personalidad de los Barrios
Altos. Esto, por ejemplo, permite a los “barrioaltinos”, hasta hoy, recorrer
las siete estaciones (iglesias) en el Jueves Santo sin salir de su entorno
barrial.
Claramente muestra la fe , incluso de los indigenas , que en ese tiempo era explotados por los nobles virreyes , la intencion es demostrar que Dios siempre estubo presente , sin importar las razas , clases sociales o generos .
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