
Era
una mujer muy bella, llamada Micaela Villegas, quien vivía en la ciudad
de Lima. Su familia era de descendencia andina y su única meta era ser
de la realeza limeña. Desde pequeña le atraían todos los objetos de ropa
y perfumes para sentirse superior a los demás.
Desde
los 12 años tenía el anhelo de ser actriz. La forma con que ella quería
conquistar la ciudad era practicando como es ser de la realeza, como
afrontar las dificultades y realmente lo logró. A los 20 años, Micaela
Villegas (perricholi), con su talento, elegancia y elocuencia, se había
convertido en una verdadera actriz de teatro. La notable clase limeña
quedaba impresionada por su distinguida actuación. Todos los días el
teatro se abarrotaba de público; los buenos comentarios que hacían de la
joven Micaela llegaron inmediatamente a los oídos del Virrey Manuel de
Amat, este no se aguantó de la curiosidad, y empezó a frecuentar el
teatro “La Comedia”. Al verla quedó prendado por su gracia, su chispa y
su natural gallardía. El teatro “La Comedia” “era uno de los lugares
oficiales a que se debía acudir con respeto y expectativa puesto que
iban generales, capitanes, poetas, catedráticos y muchas de las mujeres
de los citados arriba.
A
los pocos días el virrey mandó llamar a Micaela al Palacio. A partir de
ese momento, todos los días se frecuentaban y nunca se supo cuando
formalizaron su relación amorosa. El Virrey Manuel de Amat le podía dar
todo a Micaela si se casaba con él, pero ella en lo único que pensaba
era en la famosa vanidad y no le importaba actuar de una forma locuaz
ante Manuel para que así consiguiese lo que ella deseaba. Su mayor logro
en el teatro, fue fingir que amaba a Manuel y así conseguir casarse con él.
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